viernes, 12 de julio de 2013

Sonia Rubio (Angel Felicísimo Rojas)



Elaborado por:
Sonia Rubio
Quinto Semestre
Lenguaje y Literatura
Universidad Central del Ecuador
Julio 12 de 2013
ANGEL FELICÍSIMO ROJAS

 VIDA Y OBRAS



 Ángel Felicísimo Rojas nace el 29 de diciembre de 1909 en una pequeña población próxima a la ciudad de Loja. Aprende las primeras letras gracias a su madre, maestra rural. Los años de Colegio, en el Bernardo Valdivieso de Loja, son evocados en su primera obra "Banca" Aquí se revelan ya algunas dotes características de este escritor la sagaz observación de los diversos tipos dentro de un grupo humano, el rico manejo del lenguaje, la suave ironía que campea en su mundo narrativo, la capacidad para cortar sabrosas e interesantes historias.



Rojas estudia para abogado. Paralelamente, hace sus primeras armas en la literatura, sobre todo en algunas revistas lejanas como Hontanar, Boque y la Revista Universitaria. Aquella ciudad tiene una apreciable tradición intelectual: Jaramillo Alvarado, Benjamín y Alejandro Camón, Pablo Palacio son algunos de los nombres que dan lustre a la cultura nacional en el Ecuador contemporáneo.



El escritor, una vez que culmina sus estudios universitarios, se establece en Guayaquil; es afiliado militante del Partido Socialista, que se fundó en 1927. Combatiendo al régimen de Arroyo del Río, en los aciagos años de 1941 y el 42, Rojas sufre unas semanas de prisión política y, según él mismo recuerda, en ese tiempo escribe Curipamba: “Mis compañeros se enteraron de que escribía una novela, y se les ocurrió que, cada dos días les leyera un capítulo de la misma. Esto me obligó a redactarla de prisa, y se fue forjando una especie de narración por entregas, por el estilo de las que se escribía el pasado siglo, y esto me impuso leer a mi improvisado auditorio capítulo tras capítulo, y a prometerte preparar el desenlace, aun en el caso de que tuviera que saltarme algunos episodios de la obra, pues un poco antes de concluirla, una amnistía general, dictada por el Congreso, nos hacía aguardar nuestra libertad, de un momento a otro. Y así ocurrió, en efecto”

Años antes, entre 1938 y el 40, Ángel F. Rojas escribió El éxodo de Yangana, novela que solo vería la luz en 1949.



La década de los años cuarenta es de intensa actividad para el escritor lojano: con los socialistas de su tiempo, apoya a Velasco Ibarra que, el 28 de mayo de 1944, da fin al gobierno de Arroyo del Río. Rojas ocupa entonces las funciones de Contralor General de la Nación. En 1946 publica la Casa de la Cultura Ecuatoriana Un idilio bobo, una colección de cuentos, entre los que destaca el relato que da título a la colección, la historia de un joven, Andrés Peña, que se enamora por cartas de una millonaria norteamericana. La ironía se evidencia: en un mundo donde coexisten las abismales diferencias entre países extremadamente ricos y pases pobres, el amor entre dos seres humanos resulta imposible y el único sentimiento posible es el engendrado por el odio y el deseo de venganza. En 1948, la Colección Tierra Firme del Fondo de Cultura Económica de México incluye entre sus títulos La novela ecuatoriana, excelente trabajo crítico de Rojas, donde estudia el desarrollo del relato en el Ecuador desde 1830 hasta 1945. Cada uno de los periodos analizados es presamente descrito en una coherente síntesis de la historia social y económica del país.



Rojas se desempeña como profesor de Economía Política en la Universidad Estatal de Guayaquil hasta 1981. Desde entonces hasta el presente dedica su tiempo a las actividades de su profesión de abogado y, además de frecuentes artículos periodísticos, el año de 1983 da una sorpresa, con la publicación de su Curipamba, obra que ha estado casi cuarenta años en la sombra antes de ver por primera vez la luz como libro editado.



Hay algunos datos de la vida de Rojas que merecen subrayarse para entender mejor la génesis de sus temas y su escritura. En primer lugar, hay que señalar su temprana vivencia del campo y sus incontables regresos al paisaje que presidió su nacimiento: él mismo afirma que nació y vivió en el campo, hasta los cinco años (en el recinto "El Plateado", provincia de Loja). Esa temprana vivencia influye posteriormente en su formación de escritor, interesado en conocer las costumbres, las técnicas y las cosmovisiones campesinas de su tierra natal, las cuales sustentarán el universo peculiar de su narrativa, de Un idilio bobo a El éxodo de Yangana, y de Curipamba a Banca.  Más aún, muchos de sus relatos se inspiran en episodios oídos o vistos en la infancia: ...Mariano Guarnan..., Trapiche de bronce, Tambo (rememoración de los viajes de la época entre Loja y Guayaquil).



Por otro lado, sus estudios secundarios en Loja, los universitarios en Guayaquil, la vinculación con los demás integrantes de la Generación del 30, su militancia socialista, su actividad de abogado y sus intermitentes contactos con el poder, vertebran su conocimiento del mundo urbano y una específica visión materialista de la historia (socialista), todo lo cual influye en los temas de muchos de sus relatos. Lo fundamental, sin embargo, en Rojas, es su identidad Iojana, espacio geográfico y anímico que determina los grandes temas de su narrativa y del que da testimonio con maestría.


ANÁLISIS DE UN IDILIO BOBO
(Cuentos)



Un idilio bobo

Hoy en día podemos evidenciar algo parecido a lo que vivió Andrés Peña, con la similitud de que antes por correo se demoraba mucho más tiempo en llegar al destinatario, mientras que ahora llega en microsegundos a través del internet, se caracteriza por escribir información falsa a otros países o en el nuestro, Andrés Peña hizo con Jaqueline desde Loja Ecuador hacia Estados Unidos en donde se describió como un arquetipo de persona, con la finalidad que Jaqueline se enamorara de él que por cosas de la vida los dos están en un programa para aprender inglés y español respectivamente, consistiendo en intercambiar correo cada semana al principio las cartas eran poco entendibles por lo poco que sabían de cada idioma que al final él termina diciéndole una cadena de falsedades y ella siendo de clase social alta, tuvo que experimentar su primera decepción, es decir jugó con los sentimientos, no sé si porque quería vengarse desde su clase social o aparentar lo que no es para crear una persona que no existe (pura inmadurez). Para mí reinaron los antivalores en Andrés Peña, que no solo su conciencia, si la tiene, debió quedar golpeada y  a nivel internacional los hombres lojanos o ecuatorianos quedaron como unos farsantes y rencorosos.





Viento Grande

Nuestros ancestros tienen muchas historias que contar y entre ellas los famosos entierros o huacas que no es más que el ocultamiento de un tesoro ya sea dinero, joyas o lingotes de oro que para recuperar ese tesoro era preciso conocer el conjuro y la ceremonia secreta con que fue realizado. Nuestros antepasados cumplían con un sentido universal y mágico de justicia, solo puede ser acreedor el dueño o cualquier otra persona que tenga un buen corazón, es decir una persona ejemplar sin codicia el cual sería premiado, recompensado, pero si es lo contrario, castigado. Pero José Rosa Guambaña se llenó de codicia, que no solo perderá el tesoro sino también su vida.  Ahora para poder descubrir la huaca, antes tendrán que degollar a dos mujeres, el viento grande, es el ejecutor de  todo aquello y una vez que se da con el tesoro hay que saber detenerse, y no perderse en la ambición. José Rosa Guambaña,  en el inicio se lo relata como un hombre brioso y con una ambición desmesurada, desde el momento en que compra el terreno sobre el cual crece  tal ambición, la vida del indio Saraguro y de su esposa, ya que no tuvo hijos, y con su codicia que no le permiten gastar un solo centavo, llegando a convertir sus pequeñísimas ganancias en un pequeño capital, todo esto más el brebaje de zimora que es un preparado alucinógeno que se ingiere para obtener conocimiento de hechos pasados o sucesos sobrenaturales, que cuyo efecto dura varios días, y que vuelve confusos los límites entre el ensueño y la realidad. Es cuando José Rosa Guambaña muere reafirmado en su ley, un personaje que no se doblega ante el destino sino que es el creador de sus propias decisiones incluyendo su propia muerte.



Sangre pesada

Muchas personas se ponen barreras ante la sociedad sin que ella lo haga, se evidencia a diario esta situación, pero lo peor es que un hijo o hija reniegue o se avergüence  de su madre o padre hasta el punto de matarla falazmente solo por ser la hija de una india vendedora de mote. La hija genera un mestizaje absurdo que desemboca en el reniego de su propia identidad.



En nuestra cotidianidad se observa y se palpa el desagradecimiento que tienen los hijos hacia los padres, quienes hacen todos los sacrificios para darles todo lo que necesitan y lo que no, ellos se dedican a malgastar el tiempo y los recursos que reciben y lo peor es que se cubren en una nube de mentiras, simulando ser una persona que no es, creándose un mundo imaginario tratando de escapar del verdadero, pero cuando la verdad aparece ante todos empieza el declive emocional 



Se habla aquí de un personaje característico que es una vendedora ambulante de mote que vestía pollera de bayeta y descalza, con una lengua ponzoñosa y gustaba de pelear, que estuvo en la cárcel por el robo fracasado de un cerdo, que iba hacerlo el esposo, era una mujer iletrada pero sin embargo siempre se preocupó que su hija tenga todo lo necesario tanto en vestido, comida y estudio. Vemos que Dolores Uchuari, la hija, es una persona que cree que es una mancha el ser hija de una motera, y con la sangre fría niega a su madre por ese concepto sin darse cuenta de los daños que causa en ese momento y a posterior.





La gata

Los amores platónicos siempre han existido, dando una respuesta imaginativa a quien lo padece, creando un ser inexistente con características inigualables, sin conocer quién sea la persona, ya se idolatra y se lo llega a amar desmedidamente, en todas la veces sin que la otra persona lo sepa o simplemente que existe.   Eso es lo que pasó a nuestro personaje en este cuento, Gloria, amó a un ser que solo por referencias lo conocía, pero según  ella era el hombre perfecto, el príncipe azul, que cuando él murió recién reveló la verdad, jamás lo había conocido, pero le dolía como si él hubiese estado junto a ella todo el tiempo amándola como ella se merecía.  Siempre debemos vivir la realidad por tan dura o buena que sea y no ficticia ya que no se la vivió.





Chilco bravo

En la cultura ancestral de nuestros pueblos prevalece aun las creencias que funcionaron en ese entonces y que llegaron hasta ahora a través de las manos y recuerdos de nuestros abuelos y padres.  En la actualidad las hierbas o montes o las típicas agüitas de vieja, o las creencias populares hacen que tengamos identidad cultural. La comunicación con la naturaleza, con la comunidad y su mitología, llegaba hacer creer en fenómenos extraordinarios y a tener temor a ellos, se podría decir que Juan Manuel llegó a centrase en todas sus creencias hasta que causó su muerte.  Juan Manuel era un  personaje que lo sabía todo es decir los secretos de la naturaleza, estaba conectado con la naturaleza en todo sentido, sin creerse brujo como lo dice en el cuento, regresó definitivamente para que en su pueblo no se pierda su identidad. Lo mágico es visto en Chilco Bravo como algo normal de hecho, la sombra blanca flotante, que asusta a su mula y ocasiona el accidente mortal de Juan Manuel, al final solo era un pequeño grupo de lechuzas en vuelo, allí sería que Juan Manuel siente por primera vez terror, pero no flaquea en su decisión de avanzar, aunque no alcance a verificar la naturaleza de aquello que tiene enfrente y que desquicia a su mula.



Trapiche de bronce

Todo trabajo por más endeble que sea, corre riesgos físicos por el agotamiento de los sentidos, en este caso el sueño y el cansancio hizo que la mano de Goyo, un trabajador  de un trapiche, quede malherida y atrapada en el mismo, por lo que el dolor y la desesperación lo lleva a mutilar con un machete su mano en presencia de su pequeño hijo Goyo, y de sus compañeros. Este relato narra también la historia típica de los trapiches, el cómo los caballos hacen girar la rueda del molino de caña y cómo poco a poco se realiza el alcohol, pero el peligro que se corre por un descuido.



Hoc erat in votis

El tema es la compra y pérdida de una máquina de escribir usada, y la citación a su dueño para que se lo investigue por robo. Mientras el oficial espera para retirarle la maquinilla, el joven escribiente ávido lector, deseoso de otorgar sentidos a los pequeños hechos de su vida escribe en pocas carillas su propia historia pese a todo, él se juega la esperanza de que ese escrito, enviado a un concurso literario, pudiera cambiar su destino pobre está ante la posibilidad de enfrentar un juicio, perderlo e ir a prisión valiéndose de cuatro frases latinas que el personaje ha llegado a conocer a base de sus lecturas..



El maestro Mariano Guamán, según la versión de su colega Aurelio Benítez

Ver hoy por hoy a muchos de nuestros indígenas en cargos políticos o realizando funciones importantes no es sorpresa o novedad, al contrario es un avance cultural como podemos evidenciar con la vida del indio Mariano Guamán que en sus facetas de líder comunitario, maestro rural y tinterillo, dio un significativo avance intelectual. Aurelio Benítez, un suicida frustrado quien ha caído en la locura escandalosa y sin la información sobre la vida y obras de Guamán en el Libro Oficial de Registro Escolar, lo que provoca la ira del director de estudios. 

Es significativo que al final el peso de una censura oficial recaiga sobre Benítez, el que realiza la crónica, el demente, el maestro que no se atiene a llenar los formularios escolares según lo solicitado; no se cierne censura mayor sobre Guamán, quien consigue una subversión mayor y más significativa: en su papel de maestro escolar hace competencia a los maestros que envía el Estado, y tiene más aceptación que éstos, como representante indio ante las Cámaras de Diputados y obtiene una victoria que su comunidad indígena ha perseguido desde hace más de dos siglos. La clave está en que Guamán ha realizado una opción para subvertir su destino, mientras Benítez, con su suicidio frustrado es quien pierde. Guamán se concede libertades y oficios reservados a los blancos tener ganado de media raza  y un nieto blanco, de igual nombre que su patrón; ejercer de tinterillo en los años últimos de su vida. Y no se le acusa de falseador ni siquiera cuando imita los vicios de corruptos abogados blancos.

Con el tiempo, y su profesión leguleya, se convirtió en un indio acomodado, que inspiraba e inspira confianza, pero nunca ha renegado de su raza y de sus costumbres, como otros que, dejando su condición pobre o miserable, según los casos, abandonan el traje, el modo de vivir y se amestizan, al contrario ratifica su pertenencia en la comunidad, y su derecho a ejercer sus oficios a discreción y a vivir como él decide.



¡Achirano!

El bulling conocido ahora al maltrato en instituciones educativas o en las calles es algo similar a lo que pasó en este cuento , es decir cuenta como Manuel Mesías huye de un vecino, que es quien lo regala el apodo de Achirano y se lo grita donde lo encuentra, con saña; la vergüenza, la indignación callada de Juan Manuel son la única respuesta a la provocación, y es precisamente este efecto lo que alienta el deseo de su perseguidor de continuar en el juego, de ir en búsqueda y atacar a Juan Manuel para humillarlo. En cuatro ocasiones éste consigue huir, pero es descubierto; la quinta resulta la definitiva: el acosado se suicida. El apodo le llegó por herencia, de su padre y de su abuelo; con el agravante de que, siendo el hijo único, no tenía con quién consolarse compartiéndolo. Remarca su condición de soledad negando una y mil veces lo que es un rasgo de identidad familiar y volviéndose un solitario, imposibilitado de tomar alguna decisión distinta de aquella de huir, y de negarse a sí mismo definitivamente, al final de la historia, con su propia muerte.



Carate

Muchas veces como seres humanos cometemos errores fatales para y en nuestras vidas que después lamentaremos el resto que nos queda, dejamos pasar oportunidades por no ser decididos en el momento que se nos presenta oportunidades de cualquier índole, luego cuando reaccionamos ya no las hay y lo peor es que nos sentimos culpables y nos encerramos en mundos que solo nosotros nos creamos sin vislumbra algún futuro y nos dejamos llevar por lo que primero nos dicen o nos proponen y que nosotros por no tener esa lucidez no podemos captar lo bueno o lo malo y al momento aceptamos lo que parece bueno y es malo.

La apatía es lo que enmarca a este cuento, un hombre atrapado por su destino, cercado por su medio, miedo e indecisiones que no lo dejó trascender. La abulia de don Elías Castañeda fue visible desde que él llegó a su finca, El Pedregal, cuando lo hizo no modificó ni decidió nada, instalándose en la casa en ruinas. Su sombría vida lo llevó a cometer grandes errores como el de quedarse con Casimira después que ella lo hizo creer que tenía una enfermedad contagiosa y que solo ella podía permanecer a su lado y no el amor de su vida, una maestra del pueblo,  él al no saber elegir su vida correctamente no tuvo la oportunidad de decidir, a escapar.



Las Sirenas de las Islas de Galápagos

La fantasía mesclada con la realidad hace que el lector entre en una catarsis en sus ideas ya que con la crudeza que se cuenta todo esto hace reflexionar y tratar de entender al ser humano.

El tema del cuento es el naufragio de un capitán y su tripulación cerca de las Islas Galápagos, su permanencia allí durante seis meses, y cómo llegaron ellos, desesperados, a tener relaciones carnales con las lobas de mar. Es el propio capitán quien transfiere a un militante comunista que escucha su relato: «Claro, mi historia, para usted, puede estar desprovista de interés social; no es un episodio de la lucha de clases, ni atribuyo nuestro naufragio al capitalismo» Tanto le preocupa la verdad al narrador, que hace una aclaración y se disculpa porque el lenguaje empleado es solo una mera aproximación al original pero se reafirma, categórico, en que lo relatado es verdad, y que «la realidad en ello supera al más cruel de los cuentos fantásticos y horripilantes que tengan por escenario el mar»  según la leyenda, las sirenas atraían irresistiblemente a los marinos. Y quienes cedían a sus pérfidas tentaciones encontraban la muerte. Me parece que en este hecho existe una idea de castigo. Y solo se castiga lo que está fuera del orden natural, solo se castiga el pecado. Esos hombres sabían ya que pecaban.



COMENTARIO

Todos los relatos del Idilio Bobo tienen un mensaje moral, experiencias verdaderas, falsas, imaginarias, mágicas, encerradas en el misterio, dando como resultado reflexiones de nuestra vida cotidiana, también mostrándonos nuestra cultura a través de los hechos pasados y que a través de ellos también nos mantenemos.



BIBLIOGRAFÍA

Rojas Ángel F.1996 Un Idilio Bobo. Ecuador. Colección Antares.

Wikipedia.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario