Elaborado por:
Sonia Rubio
Quinto Semestre
Lenguaje y Literatura
Universidad Central del Ecuador
Julio 12 de 2013
ANGEL FELICÍSIMO ROJAS
VIDA Y OBRAS
Ángel Felicísimo Rojas nace el 29 de diciembre de 1909 en una pequeña población próxima a la ciudad de Loja. Aprende las primeras letras gracias a su madre, maestra rural. Los años de Colegio, en el Bernardo Valdivieso de Loja, son evocados en su primera obra "Banca" Aquí se revelan ya algunas dotes características de este escritor la sagaz observación de los diversos tipos dentro de un grupo humano, el rico manejo del lenguaje, la suave ironía que campea en su mundo narrativo, la capacidad para cortar sabrosas e interesantes historias.
Rojas estudia para
abogado. Paralelamente, hace sus primeras armas en la literatura, sobre todo en
algunas revistas lejanas como Hontanar, Boque y la Revista Universitaria.
Aquella ciudad tiene una apreciable tradición intelectual: Jaramillo Alvarado,
Benjamín y Alejandro Camón, Pablo Palacio son algunos de los nombres que dan
lustre a la cultura nacional en el Ecuador contemporáneo.
El escritor, una
vez que culmina sus estudios universitarios, se establece en Guayaquil; es
afiliado militante del Partido Socialista, que se fundó en 1927. Combatiendo al
régimen de Arroyo del Río, en los aciagos años de 1941 y el 42, Rojas sufre
unas semanas de prisión política y, según él mismo recuerda, en ese tiempo
escribe Curipamba: “Mis compañeros se enteraron de que escribía una novela, y
se les ocurrió que, cada dos días les leyera un capítulo de la misma. Esto me
obligó a redactarla de prisa, y se fue forjando una especie de narración por
entregas, por el estilo de las que se escribía el pasado siglo, y esto me impuso
leer a mi improvisado auditorio capítulo tras capítulo, y a prometerte preparar
el desenlace, aun en el caso de que tuviera que saltarme algunos episodios de
la obra, pues un poco antes de concluirla, una amnistía general, dictada por el
Congreso, nos hacía aguardar nuestra libertad, de un momento a otro. Y así
ocurrió, en efecto”
Años antes, entre
1938 y el 40, Ángel F. Rojas escribió El éxodo de Yangana, novela que solo vería
la luz en 1949.
La década de los
años cuarenta es de intensa actividad para el escritor lojano: con los
socialistas de su tiempo, apoya a Velasco Ibarra que, el 28 de mayo de 1944, da
fin al gobierno de Arroyo del Río. Rojas ocupa entonces las funciones de
Contralor General de la Nación. En 1946 publica la Casa de la Cultura Ecuatoriana
Un idilio bobo, una colección de cuentos, entre los que destaca el relato que
da título a la colección, la historia de un joven, Andrés Peña, que se enamora
por cartas de una millonaria norteamericana. La ironía se evidencia: en un
mundo donde coexisten las abismales diferencias entre países extremadamente
ricos y pases pobres, el amor entre dos seres humanos resulta imposible y el
único sentimiento posible es el engendrado por el odio y el deseo de venganza.
En 1948, la Colección Tierra Firme del Fondo de Cultura Económica de México
incluye entre sus títulos La novela ecuatoriana, excelente trabajo crítico de
Rojas, donde estudia el desarrollo del relato en el Ecuador desde 1830 hasta
1945. Cada uno de los periodos analizados es presamente descrito en una
coherente síntesis de la historia social y económica del país.
Rojas se desempeña
como profesor de Economía Política en la Universidad Estatal de Guayaquil hasta
1981. Desde entonces hasta el presente dedica su tiempo a las actividades de su
profesión de abogado y, además de frecuentes artículos periodísticos, el año de
1983 da una sorpresa, con la publicación de su Curipamba, obra que ha estado
casi cuarenta años en la sombra antes de ver por primera vez la luz como libro editado.
Hay algunos datos
de la vida de Rojas que merecen subrayarse para entender mejor la génesis de
sus temas y su escritura. En primer lugar, hay que señalar su temprana vivencia
del campo y sus incontables regresos al paisaje que presidió su nacimiento: él
mismo afirma que nació y vivió en el campo, hasta los cinco años (en el recinto
"El Plateado", provincia de Loja). Esa temprana vivencia influye
posteriormente en su formación de escritor, interesado en conocer las
costumbres, las técnicas y las cosmovisiones campesinas de su tierra natal, las
cuales sustentarán el universo peculiar de su narrativa, de Un idilio bobo a El
éxodo de Yangana, y de Curipamba a Banca. Más aún, muchos de sus relatos se inspiran en
episodios oídos o vistos en la infancia: ...Mariano Guarnan..., Trapiche de
bronce, Tambo (rememoración de los viajes de la época entre Loja y Guayaquil).
Por otro lado, sus
estudios secundarios en Loja, los universitarios en Guayaquil, la vinculación
con los demás integrantes de la Generación del 30, su militancia socialista, su
actividad de abogado y sus intermitentes contactos con el poder, vertebran su
conocimiento del mundo urbano y una específica visión materialista de la
historia (socialista), todo lo cual influye en los temas de muchos de sus
relatos. Lo fundamental, sin embargo, en Rojas, es su identidad Iojana, espacio
geográfico y anímico que determina los grandes temas de su narrativa y del que
da testimonio con maestría.
ANÁLISIS DE UN IDILIO BOBO
(Cuentos)
(Cuentos)
Un idilio bobo
Hoy en día podemos
evidenciar algo parecido a lo que vivió Andrés Peña, con la similitud de que
antes por correo se demoraba mucho más tiempo en llegar al destinatario,
mientras que ahora llega en microsegundos a través del internet, se caracteriza
por escribir información falsa a otros países o en el nuestro, Andrés Peña hizo
con Jaqueline desde Loja Ecuador hacia Estados Unidos en donde se describió
como un arquetipo de persona, con la finalidad que Jaqueline se enamorara de él
que por cosas de la vida los dos están en un programa para aprender inglés y
español respectivamente, consistiendo en intercambiar correo cada semana al
principio las cartas eran poco entendibles por lo poco que sabían de cada
idioma que al final él termina diciéndole una cadena de falsedades y ella
siendo de clase social alta, tuvo que experimentar su primera decepción, es
decir jugó con los sentimientos, no sé si porque quería vengarse desde su clase
social o aparentar lo que no es para crear una persona que no existe (pura
inmadurez). Para mí reinaron los antivalores en Andrés Peña, que no solo su
conciencia, si la tiene, debió quedar golpeada y a nivel internacional los hombres lojanos o
ecuatorianos quedaron como unos farsantes y rencorosos.
Viento Grande
Nuestros ancestros
tienen muchas historias que contar y entre ellas los famosos entierros o huacas
que no es más que el ocultamiento de un tesoro ya sea dinero, joyas o lingotes
de oro que para recuperar ese tesoro era preciso conocer el conjuro y la
ceremonia secreta con que fue realizado. Nuestros antepasados cumplían con un
sentido universal y mágico de justicia, solo puede ser acreedor el dueño o
cualquier otra persona que tenga un buen corazón, es decir una persona ejemplar
sin codicia el cual sería premiado, recompensado, pero si es lo contrario,
castigado. Pero José Rosa Guambaña se llenó de codicia, que no solo perderá el
tesoro sino también su vida. Ahora para
poder descubrir la huaca, antes tendrán que degollar a dos mujeres, el viento
grande, es el ejecutor de todo aquello y
una vez que se da con el tesoro hay que saber detenerse, y no perderse en la
ambición. José Rosa Guambaña, en el
inicio se lo relata como un hombre brioso y con una ambición desmesurada, desde
el momento en que compra el terreno sobre el cual crece tal ambición, la vida del indio Saraguro y de
su esposa, ya que no tuvo hijos, y con su codicia que no le permiten gastar un
solo centavo, llegando a convertir sus pequeñísimas ganancias en un pequeño
capital, todo esto más el brebaje de zimora que es un preparado alucinógeno que
se ingiere para obtener conocimiento de hechos pasados o sucesos
sobrenaturales, que cuyo efecto dura varios días, y que vuelve confusos los
límites entre el ensueño y la realidad. Es cuando José Rosa Guambaña muere
reafirmado en su ley, un personaje que no se doblega ante el destino sino que
es el creador de sus propias decisiones incluyendo su propia muerte.
Sangre pesada
Muchas personas se
ponen barreras ante la sociedad sin que ella lo haga, se evidencia a diario
esta situación, pero lo peor es que un hijo o hija reniegue o se
avergüence de su madre o padre hasta el
punto de matarla falazmente solo por ser la hija de una india vendedora de
mote. La hija genera un mestizaje absurdo que desemboca en el reniego de su
propia identidad.
En nuestra
cotidianidad se observa y se palpa el desagradecimiento que tienen los hijos
hacia los padres, quienes hacen todos los sacrificios para darles todo lo que
necesitan y lo que no, ellos se dedican a malgastar el tiempo y los recursos
que reciben y lo peor es que se cubren en una nube de mentiras, simulando ser una
persona que no es, creándose un mundo imaginario tratando de escapar del
verdadero, pero cuando la verdad aparece ante todos empieza el declive
emocional
Se habla aquí de un
personaje característico que es una vendedora ambulante de mote que vestía pollera
de bayeta y descalza, con una lengua ponzoñosa y gustaba de pelear, que estuvo
en la cárcel por el robo fracasado de un cerdo, que iba hacerlo el esposo, era
una mujer iletrada pero sin embargo siempre se preocupó que su hija tenga todo
lo necesario tanto en vestido, comida y estudio. Vemos que Dolores Uchuari, la
hija, es una persona que cree que es una mancha el ser hija de una motera, y
con la sangre fría niega a su madre por ese concepto sin darse cuenta de los
daños que causa en ese momento y a posterior.
La gata
Los amores
platónicos siempre han existido, dando una respuesta imaginativa a quien lo
padece, creando un ser inexistente con características inigualables, sin
conocer quién sea la persona, ya se idolatra y se lo llega a amar desmedidamente,
en todas la veces sin que la otra persona lo sepa o simplemente que
existe. Eso es lo que pasó a nuestro
personaje en este cuento, Gloria, amó a un ser que solo por referencias lo
conocía, pero según ella era el hombre
perfecto, el príncipe azul, que cuando él murió recién reveló la verdad, jamás
lo había conocido, pero le dolía como si él hubiese estado junto a ella todo el
tiempo amándola como ella se merecía.
Siempre debemos vivir la realidad por tan dura o buena que sea y no
ficticia ya que no se la vivió.
Chilco bravo
En la cultura
ancestral de nuestros pueblos prevalece aun las creencias que funcionaron en
ese entonces y que llegaron hasta ahora a través de las manos y recuerdos de
nuestros abuelos y padres. En la
actualidad las hierbas o montes o las típicas agüitas de vieja, o las creencias
populares hacen que tengamos identidad cultural. La comunicación con la
naturaleza, con la comunidad y su mitología, llegaba hacer creer en fenómenos
extraordinarios y a tener temor a ellos, se podría decir que Juan Manuel llegó
a centrase en todas sus creencias hasta que causó su muerte. Juan Manuel era un personaje que lo sabía todo es decir los
secretos de la naturaleza, estaba conectado con la naturaleza en todo sentido,
sin creerse brujo como lo dice en el cuento, regresó definitivamente para que
en su pueblo no se pierda su identidad. Lo mágico es visto en Chilco Bravo como
algo normal de hecho, la sombra blanca flotante, que asusta a su mula y
ocasiona el accidente mortal de Juan Manuel, al final solo era un pequeño grupo
de lechuzas en vuelo, allí sería que Juan Manuel siente por primera vez terror,
pero no flaquea en su decisión de avanzar, aunque no alcance a verificar la
naturaleza de aquello que tiene enfrente y que desquicia a su mula.
Trapiche de bronce
Todo trabajo por
más endeble que sea, corre riesgos físicos por el agotamiento de los sentidos,
en este caso el sueño y el cansancio hizo que la mano de Goyo, un
trabajador de un trapiche, quede
malherida y atrapada en el mismo, por lo que el dolor y la desesperación lo
lleva a mutilar con un machete su mano en presencia de su pequeño hijo Goyo, y
de sus compañeros. Este relato narra también la historia típica de los
trapiches, el cómo los caballos hacen girar la rueda del molino de caña y cómo
poco a poco se realiza el alcohol, pero el peligro que se corre por un
descuido.
Hoc erat in votis
El tema es la
compra y pérdida de una máquina de escribir usada, y la citación a su dueño
para que se lo investigue por robo. Mientras el oficial espera para retirarle
la maquinilla, el joven escribiente ávido lector, deseoso de otorgar sentidos a
los pequeños hechos de su vida escribe en pocas carillas su propia historia
pese a todo, él se juega la esperanza de que ese escrito, enviado a un concurso
literario, pudiera cambiar su destino pobre está ante la posibilidad de
enfrentar un juicio, perderlo e ir a prisión valiéndose de cuatro frases
latinas que el personaje ha llegado a conocer a base de sus lecturas..
El maestro Mariano Guamán, según la versión de su colega
Aurelio Benítez
Ver hoy por hoy a
muchos de nuestros indígenas en cargos políticos o realizando funciones
importantes no es sorpresa o novedad, al contrario es un avance cultural como
podemos evidenciar con la vida del indio Mariano Guamán que en sus facetas de
líder comunitario, maestro rural y tinterillo, dio un significativo avance
intelectual. Aurelio Benítez, un suicida frustrado quien ha caído en la locura
escandalosa y sin la información sobre la vida y obras de Guamán en el Libro
Oficial de Registro Escolar, lo que provoca la ira del director de
estudios.
Es significativo
que al final el peso de una censura oficial recaiga sobre Benítez, el que
realiza la crónica, el demente, el maestro que no se atiene a llenar los
formularios escolares según lo solicitado; no se cierne censura mayor sobre
Guamán, quien consigue una subversión mayor y más significativa: en su papel de
maestro escolar hace competencia a los maestros que envía el Estado, y tiene
más aceptación que éstos, como representante indio ante las Cámaras de
Diputados y obtiene una victoria que su comunidad indígena ha perseguido desde
hace más de dos siglos. La clave está en que Guamán ha realizado una opción
para subvertir su destino, mientras Benítez, con su suicidio frustrado es quien
pierde. Guamán se concede libertades y oficios reservados a los blancos tener
ganado de media raza y un nieto blanco,
de igual nombre que su patrón; ejercer de tinterillo en los años últimos de su
vida. Y no se le acusa de falseador ni siquiera cuando imita los vicios de corruptos
abogados blancos.
Con el tiempo, y su
profesión leguleya, se convirtió en un indio acomodado, que inspiraba e inspira
confianza, pero nunca ha renegado de su raza y de sus costumbres, como otros
que, dejando su condición pobre o miserable, según los casos, abandonan el
traje, el modo de vivir y se amestizan, al contrario ratifica su pertenencia en
la comunidad, y su derecho a ejercer sus oficios a discreción y a vivir como él
decide.
¡Achirano!
El bulling conocido
ahora al maltrato en instituciones educativas o en las calles es algo similar a
lo que pasó en este cuento , es decir cuenta como Manuel Mesías huye de un
vecino, que es quien lo regala el apodo de Achirano y se lo grita donde lo encuentra,
con saña; la vergüenza, la indignación callada de Juan Manuel son la única
respuesta a la provocación, y es precisamente este efecto lo que alienta el
deseo de su perseguidor de continuar en el juego, de ir en búsqueda y atacar a
Juan Manuel para humillarlo. En cuatro ocasiones éste consigue huir, pero es
descubierto; la quinta resulta la definitiva: el acosado se suicida. El apodo
le llegó por herencia, de su padre y de su abuelo; con el agravante de que,
siendo el hijo único, no tenía con quién consolarse compartiéndolo. Remarca su
condición de soledad negando una y mil veces lo que es un rasgo de identidad
familiar y volviéndose un solitario, imposibilitado de tomar alguna decisión
distinta de aquella de huir, y de negarse a sí mismo definitivamente, al final
de la historia, con su propia muerte.
Carate
Muchas veces como
seres humanos cometemos errores fatales para y en nuestras vidas que después
lamentaremos el resto que nos queda, dejamos pasar oportunidades por no ser
decididos en el momento que se nos presenta oportunidades de cualquier índole,
luego cuando reaccionamos ya no las hay y lo peor es que nos sentimos culpables
y nos encerramos en mundos que solo nosotros nos creamos sin vislumbra algún
futuro y nos dejamos llevar por lo que primero nos dicen o nos proponen y que
nosotros por no tener esa lucidez no podemos captar lo bueno o lo malo y al
momento aceptamos lo que parece bueno y es malo.
La apatía es lo que
enmarca a este cuento, un hombre atrapado por su destino, cercado por su medio,
miedo e indecisiones que no lo dejó trascender. La abulia de don Elías
Castañeda fue visible desde que él llegó a su finca, El Pedregal, cuando lo
hizo no modificó ni decidió nada, instalándose en la casa en ruinas. Su sombría
vida lo llevó a cometer grandes errores como el de quedarse con Casimira
después que ella lo hizo creer que tenía una enfermedad contagiosa y que solo
ella podía permanecer a su lado y no el amor de su vida, una maestra del
pueblo, él al no saber elegir su vida
correctamente no tuvo la oportunidad de decidir, a escapar.
Las Sirenas de las Islas de Galápagos
La fantasía
mesclada con la realidad hace que el lector entre en una catarsis en sus ideas
ya que con la crudeza que se cuenta todo esto hace reflexionar y tratar de
entender al ser humano.
El tema del cuento
es el naufragio de un capitán y su tripulación cerca de las Islas Galápagos, su
permanencia allí durante seis meses, y cómo llegaron ellos, desesperados, a
tener relaciones carnales con las lobas de mar. Es el propio capitán quien
transfiere a un militante comunista que escucha su relato: «Claro, mi historia,
para usted, puede estar desprovista de interés social; no es un episodio de la
lucha de clases, ni atribuyo nuestro naufragio al capitalismo» Tanto le
preocupa la verdad al narrador, que hace una aclaración y se disculpa porque el
lenguaje empleado es solo una mera aproximación al original pero se reafirma,
categórico, en que lo relatado es verdad, y que «la realidad en ello supera al
más cruel de los cuentos fantásticos y horripilantes que tengan por escenario
el mar» según la leyenda, las sirenas
atraían irresistiblemente a los marinos. Y quienes cedían a sus pérfidas
tentaciones encontraban la muerte. Me parece que en este hecho existe una idea
de castigo. Y solo se castiga lo que está fuera del orden
natural, solo se castiga el pecado. Esos hombres sabían ya que pecaban.
COMENTARIO
Todos los relatos
del Idilio Bobo tienen un mensaje moral, experiencias verdaderas, falsas,
imaginarias, mágicas, encerradas en el misterio, dando como resultado
reflexiones de nuestra vida cotidiana, también mostrándonos nuestra cultura a
través de los hechos pasados y que a través de ellos también nos mantenemos.
BIBLIOGRAFÍA
Rojas Ángel F.1996
Un Idilio Bobo. Ecuador. Colección Antares.
Wikipedia.
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