Núñez Valverde Fabián
El preclaro escritor guayaquileño Joaquín Gallegos Lara, nace por el año de 1911 y posteriormente fallecerá en 1947 en la misma ciudad donde nació: Guayaquil. Si bien, su vida no fue para nada fácil, tampoco lo fue el contexto social e histórico en el que transcurre su vida, me refiero a las distintas convulsiones políticas y sociales que se suscitaron alrededor del mundo en el período de 1911 a 1947 toda la vida de nuestro escritor que nunca se mostró ajeno a éstas.
El preclaro escritor guayaquileño Joaquín Gallegos Lara, nace por el año de 1911 y posteriormente fallecerá en 1947 en la misma ciudad donde nació: Guayaquil. Si bien, su vida no fue para nada fácil, tampoco lo fue el contexto social e histórico en el que transcurre su vida, me refiero a las distintas convulsiones políticas y sociales que se suscitaron alrededor del mundo en el período de 1911 a 1947 toda la vida de nuestro escritor que nunca se mostró ajeno a éstas.
Admirable desde el
principio siempre fue un luchador como los que ya quedan pocos, fue autodidacta
leyó toda clase de literatura tanto a los clásicos como a los de su tiempo lo
que le da un estilo singular a sus narraciones que nos atrapan desde un
principio.
A pesar de su
imposibilidad para caminar por una deformación que poseía, recorrió las calles
de Guayaquil y Cuenca a espaldas de un ayudante, en busca del sustento, además
que buscaba ver de cerca los problemas de “la gente de veras” como él los llamaba
a la clase trabajadora, al montuvio,[1] a ese obrero explotado,
verdadero caldo de cultivo para sus narraciones que nos pintan el paisaje más
hermoso de la naturaleza y en contraposición nos revela también la cruda naturaleza
del hombre trabajador de clase humilde o lumpesca.
Un hombre sensible
y trabajador, Lara es recordado por su amigo José de la Cuadra cuando visitó la
ciudad de Cuenca “ha venido sobre la espalda corvada de los indios por los escarpados
senderos” a éste último le debemos la recopilación de la obra dispersa de Lara.
Para Galo René Pérez
en su “Pensamiento Y Literatura del
Ecuador” libro utilizado para este corto ensayo, asegura que cae en la
truculencia por cuidar mucho de su técnica y estilo. En la única novela que
posee Cruces sobre el Agua aún su
prosa se muestra temerosa en relación a sus contemporáneos, pero con su madurez
y ejercicio continuo le vale un lugar dentro de la narrativa Hispanoamericana.
Como expresamos anteriormente
su vida se tornó difícil por la deformidad en las piernas que poseía, pero de
ninguna manera esto le impidió vivir y ser un observador crítico de la
naturaleza y la sociedad de sus días, en su novela Cruces sobre el agua nos muestra un personaje llamado “Malpuntazo” personaje
que alude su condición física real, demostrándonos también el descontento e
inseguridad que sentía Lara por tal condición física.
Otra de sus obras
que es muy conocida es uno de sus cuentos que consta en el libro: Los que se van de varios autores
ecuatorianos, este cuento es el Guaraguao
cuento que de entrada nos atrapa por sus personajes de figura curiosa, cada
palabra de esta obra corta no está demás es de un valor estético y estilístico precisos
como los engranes de un reloj, aquí el autor nos describe una profesión no muy
común, un personaje negro con un nombre tampoco nada común (Chancho Rengo) que
vive solamente en compañía de su ave un guaraguao, esta ave le presta no
solamente sus servicios de transportar las aves caídes por la escopeta de Chancho
Rengo, sino que, tiene un afecto por su amo sincero y leal a diferencia de sus
congéneres. Joaquín Gallegos Lara si bien, según lo dicho en la visión general preliminar
de este texto tenía un apego a la realidad del trabajador, tanto es así, que
trabajó en la ciudad de Cuenca y Guayaquil, conoce bien la forma de ser del
trabajador, su lenguaje, las diferencias que hay entre los mismos trabajadores
según el trabajo que realicen como muestra
de ello en su cuento el Guaraguao se
vale de un personaje –Chancho Rengo-, lo muestra solitario, huraño pero a pesar
de ello una persona humilde que vive a diario,
que por pereza de hablar o discutir no le interesa ganar más de lo que
necesita para él y para su guaraguao, ¿no son acaso estas características lo que
veía Lara en la clase trabajadora de aquella época? En este cuento corto
encontramos características vigentes hasta nuestra época como: la amistad del
hombre y la naturaleza, la codicia desmedida por el dinero, las supersticiones,
la explotación descarada y consciente al trabajador, el desinterés por los
otros, constituyen las líneas que pintan el paisaje del Guaraguao, que nos
muestran de forma directa, la sensibilidad y manera de pensar de Lara, su
narrativa clara y precisa acompañada de lo real-objetivo de la sociedad de
aquel entonces, en parte denuncia y en parte emotividad, sin dejar de ser a la
vez creación pura que nos embelesa y sorprende.
[1] José de
la Cuadra tomó este y los derivó del latin vita
y no como la original palabra montis- bio.
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